GAFAS
Tras muchas malas experiencias, decidí no volver a usar gafas para trabajar. No las necesito para el ordenador y, sinceramente, lo que tengo que ver de lejos, prefiero no verlo.
Ésto tiene su parte mala... y es que tiendo a saludar a la gente sin saber quiénes son y, señores, ésto es un pueblo pequeño, nos conocemos todos y no siempre nos caemos bien. También suelo juzgar a las visitas a simple (mala) vista, pensando que están de buen ver cuando en realidad son difíciles de mirar. Así que os podéis imaginar...
De todas formas, estoy muy contenta: No veas la de rajas albañilescas que me he perdido gracias a mi técnica :)
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