1 mar 2013

Distancia

Porque a veces esa puta, la distancia, te hace sentirte más sola que nunca. 
A veces, te hace tener que improvisar para poder mantener una relación.
A veces, la distancia, te enseña que incluso así puedes ser feliz y el posible sentimiento que haya puede ser más fuerte de lo que sería en la cercanía.

Y no, no sólo hablo de amor. Y no, no solamente me refiero a él.

Ella.

Esa personita del norte que, a 900km de distancia me ha demostrado que no sólo se puede tener una amistad, sino una muy grande.
Esa que ha hecho más por mí que muchos de los que tengo cerca. 
Esa con la que he compartido risas (muchas) y lágrimas.
Esa que ha estado en lo bueno, en lo malo, en lo regular y en lo peor.
Esa por la que, el día de mañana, mi hija llevará su apellido por nombre.

Esa con la que algún día compartiré más de cuatro letras, con la que me pillaré una cogorza del veinte, mientras seguimos riendo, llorando, criticando o lo que haga falta, pero juntas, cerca.

Gracias, pequeña, por estar ahí siempre y por formar parte de mi vida, de una forma distinta
 (de momento).



Se te quiere, Nei.

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