Crónica de un ViñaRock invernal

Frío, viento, lluvia, granizo y barro... mucho, muchísimo barro. Aún así, un veredicto más que positivo. Buena compañía, buena música, muchísimas ganas... Llegar a un sitio con tanta ilusión que incluso el peor de los climas no consiga desanimarte.

Vuelvo, quizás, con una espinita por no haber visto algunos conciertos que no quería perderme y que, por un motivo u otro (clima, puto clima), al final res de res: Mala Reputación, Gritando en Silencio, Obrint Pas o Benito Kamelas, entre algunos otros. ¿El consuelo? Que la mayoría van al Lumbreiras y haremos por ir.

Dos de esos momentos que no debí perderme...

Conciertazo de Obrint Pas, Som!!



Mala Reputación, Para que jueguen los gatos

http://www.youtub.com/watch?v=seFf3QsPHXI (no había forma de poner el vídeo)

Cosas a destacar...

Viernes. Llegar tarde, con exceso de equipaje y comida, implica perderse cosas...; ver medio concierto de Envidia Kotxina lo arregla un poco; ver a Betagarri cantando La Chica del Batzoki, con la de veces que la he cantado con mi hermano, lo termina de arreglar. Que llueva como si no hubiera mañana, andar bastante rato bajo la lluvia intensa y no encontrar la furgoneta, calarse hasta los huesos, llenarse de barro, dormir en condiciones precarias... y que aún así no bajen los ánimos (al menos por mi parte) NO TIENE PRECIO.

Sábado. Con solucionar los problemillas derivados del caos atmosférico de la noche anterior, tuvimos más que suficiente durante horas y horas, perdiéndome otros conciertos que me interesaba ver... Pero bueno, no estuvo nada mal la descarga de adrenalina con Kaótiko para empezar la tarde. Y, aunque un dolor lumbar me estuvo molestando bastante desde aquí hasta varios días después del festival, todavía me quedaron fuerzas para ver a Boikot y Barón Rojo y decepcionarme enormemente con éstos últimos: Señor mío, ¿dónde quedó su voz?

Domingo. Con los traslados terminados, ya sólo nos quedaba disfrutar, pero el tiempo no estaba de nuestro lado... Me abandonó la mitad de la compañía, pero descubrí un grupo que me sorprendió gratamente: Che Sudaka, con un directo acojonante. ¡Qué forma de implicar al público! Me encantó. Otros a los que no puedo dejar de nombrar son La Fuga..., que sí, me gustan, pero sintiéndolo mucho sin Rulo no es lo mismo. Aunque intenten ganarnos versionando a Extremoduro con su Ama, ama, ama y ensancha el alma...

Lunes. Queríamos darlo todo en el último día y al cielo le dio por apedrearnos. Un par de veces, además. Pero Bongo Botrako consiguió que saliera el sol unos minutos justo al cantar Todos los días sale el sol. Impresionantes de verdad. Obús, Rosendo... y granizada máxima esperando la actuación de Sôber. Y mereció la pena, sin duda. Aunque mi imagen era más que deplorable durante la espera:

Un primer Viña Rock único e irrepetible (o eso espero, en algunos aspectos).

El año que viene más.